¿Por qué es necesario nacer de nuevo?

Antes de nacer de nuevo soy guiado por mis propias inclinaciones humanas, también llamadas los deseos de la carne. Generalmente estas inclinaciones guían mis pensamientos y decisiones. 

Pero los deseos de la carne no llevan a una vida en Cristo, a la cual soy llamado. Ceder a deseos tales como: orgullo, flojera, avaricia, envidia, egoísmo y muchos otros, llevan al pecado. 

Jesús describe la mentalidad de los que no han nacido de nuevo de esta manera: “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Apocalipsis 3:17.

Es hasta que reconozco que soy yo al que describen en este versículo que estoy en el punto donde puedo nacer de nuevo “de agua y del Espíritu.” Nada de lo que es nacido de la carne, como persona natural, puede servir a Dios. 

Cuando reconozco que no soy capaz de hacer lo bueno, entonces Dios puede hacerse cargo. Necesito entregar absolutamente todo para poder nacer del Espíritu – es un nacimiento en la mente y en el corazón. Me considero muerto a los deseos de la carne y vivo para los impulsos del Espíritu.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 5:20.

Por supuesto, todavía tengo una carne que desea satisfacer sus deseos, pero ahora estos deseos son vencidos y no tienen más poder sobre mí, pues ahora estoy vivo conforme lo que guía el Espíritu, que es la verdad. Mi “viejo hombre”, como Pablo llama a la mentalidad de los que no han nacido de nuevo, debe permanecer crucificado con Cristo y la nueva vida a la que he nacido es la vida de Cristo. 

La vida de Jesús se manifiesta en mi carne mortal (2 Corintios 4:11). Es precisamente por haber nacido del Espíritu, y el Espíritu vive en mí, que tengo el poder para resistir la tentación, y así mismo permanecer crucificado a los deseos de la carne y vivir para Cristo. (Romanos 15:13).

¿Qué significa nacer de nuevo?

Jesús nos dice que tenemos que nacer de nuevo, pero ¿cómo?

Jesús es muy claro cuando dice que un cristiano debe nacer de nuevo si  quiere ver el reino de Dios.

“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios… De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” Juan 3:3-6.

Es obvio que Dios no está hablando de nacer otra vez físicamente. 

Él está hablando de un nuevo anhelo – una transformación espiritual.

¡Necesitas a Dios!

Hoy quiero dedicar unas líneas a todas aquellas personas que aún no quieren reconocer la necesidad de Dios que hay en sus vidas o todas aquellas personas que un día experimentaron de Dios, pero que por diversos motivos se alejaron de Él, en especial para ellos y ellas estas líneas:

Quizá tengas muchas preguntas y cuestionamientos, quizá no te parece la forma en la que las cosas se han dado en tu vida. Has luchado por salir adelante, has puesto todo de ti, has buscado la manera de ser feliz y encontrar descanso, pero por más que hagas, por más que logres, siempre existe en ti una necesidad que aún no has podido llenar.

Tratas de disimularlo, muchas veces has pronunciado que no necesitas de Dios, quizá porque te siente resentido porque a lo mejor Él no actuó de la manera que esperabas o porque un día le pediste algo y no viste resultado o porque simplemente te rehúsas a creer que existe o que puede ayudarte.

Tu derecho a libre decisión te ha llevado a alejarte de aquel que un día te creo, has decidido caminar sin Él, has trabajado poniendo todo de ti para salir adelante en esta vida, en ciertas ocasiones has conquistado aquello que parecía inconquistable, en muchas otras a base de voluntad y esfuerzo has alcanzado tus metas, y es que no vamos a negar que tienes una capacidad muy buena para ser determinado y lograr tu objetivos, pero aun cuando logras esos objetivos que te trazas, quieres más y más y no te sientes satisfecho.

Hay una necesidad en ti innegable y aunque tratas de disimularlo, existe en ti, por más que trates de llenar esa necesidad espiritual con otras necesidades, el vacío sigue existiendo. Un hueco con figura de triangulo, no puede ser lleno por un cuadrado o un rectángulo, y menos con un circulo, el hueco con figura de triangulo solo puede ser lleno a cabalidad por un triángulo.

Sé que has pasado mucho tiempo sin creer necesitar de Dios, pero llegara un momento en donde por más que intentes no podrás negar la necesidad con la cual fuiste creado, porque tú fuiste creado con una necesidad espiritual, que solo puede ser llena por Dios mismo en tu vida. Por más que intentes negarlo, por más que intentes no necesitarlo, existe y existirá siempre, porque eres creación de Dios y en ti viene incluida esa necesidad espiritual que aunque en muchas ocasiones está escondida o apagada en tu vida, sigue existiendo.

Dios quiere encontrarse contigo, ¿Por qué no le das una oportunidad?, ¿Qué pierdes con probar a Dios?, ¿Qué pierdes con tratar de llenar esa necesidad espiritual que hay en ti?

Hoy Dios quiere que sepas que quiere encontrarse contigo, que tiene un plan perfecto para tu vida, que no necesitas buscar más en otro lado, que no necesitas tratar de llenar esa necesidad espiritual que tienes con otros métodos u otras necesidades que no sea Él mismo.

¿Por qué no dejas a un lado tu orgullo?, ese orgullo que lo único que ha hecho en ti es hacerte una persona fría y dura, que utiliza esa faceta como caparazón para protegerse de los demás. Dios te conoce bien en intimidad porque Él te creo, delante de Él no tiene que hacerte el fuerte o el independiente, porque TODOS somos dependientes de Dios y no independientes.

Dios que te conoce ha examinado tu corazón y sabe lo mal que lo pasas, quizá la gente que te rodea y la que está cercana a ti no notan que no eres feliz, aparentas una felicidad, pero tú sabes muy bien que no existe en tu vida. Has proyectado una imagen equivocada de lo que realmente hay en tu corazón y tu muy bien lo sabes y Dios que te conoce a perfección también lo sabe, por tal razón hoy Dios quiere cambiar tu vida, quiere satisfacer la necesidad espiritual que hay en ti, quiere darle un verdadero sentido a tu vida y mostrarte que con Él las cosas son más fáciles.

Llego el momento, es el día, es la hora indicada que Dios tenia agendada para tu encuentro con Él, no sigas negando lo que es evidente, TÚ NECESITAS DE DIOS, no pospongas más ese encuentro, hoy es el día propicio el cual muy en lo profundo de tu corazón esperabas.

Dios está tocando tu corazón este día, hay algo diferente dentro de ti, muy en lo profundo reconoces que necesitas de Él, solo basta hacer a un lado todo orgullo y prejuicio y permitir que Dios tome el lugar que le corresponde en tu vida. Si eres capaz de reconocer tu necesidad de Dios y no dejar pasar esta oportunidad que Dios te da este día, te invito a que hagas esta declaración allí en el lugar donde estas y permitas que Jesús entre a tu corazón:

“Dios mío, reconozco que te he fallado, reconozco que soy pecador y he vivido una vida alejado de ti, pero así mismo reconozco que existe una necesidad profunda de ti en mi vida, hoy quiero pedirte perdón por todos mis pecados, pedirte perdón por todos mis modelos de pensamiento que me llevaron a alejarme de ti, hoy reconozco que te necesito, quiero que perdones mis pecados y entres a mi corazón, que gobiernes mi vida y me hagas hijo tuyo, quiero vivir a tu lado, quiero experimentarte, quiero que sacies mi enorme necesidad de ti, hoy te reconozco como mi Señor y único suficiente Salvador, acéptame Señor, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”

Estoy seguro que si hiciste esa declaración con un corazón sincero, Dios comenzara a obrar en tu vida de una manera diferente, comenzara a saciar tu necesidad espiritual y sobre todo comenzaras a ver y notar cosas que antes no percibías, pero que ahora Dios te las mostrara, porque las cosas espirituales se disciernen espiritualmente.

¡Sin duda, Dios comenzara a transformar tu vida!

«Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.» Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación.

Romanos 10:9-10 (Reina Valera Contemporánea)

ÉL VOLVERÁ

Los psicólogos dicen que en todos los momentos de nuestra vida, debemos tener por lo menos una persona que se preocupe con nosotros, que nos ame.  Tenemos necesidad de compartir nuestros sentimientos con alguien.  Esto evitaría mucha depresión, tristeza, abatimiento y hasta suicidio.

Si nadie se preocupa con nosotros y nadie nos ama, caemos en el vacío de la soledad y en el poso del desánimo.

Al final, ¿qué valor tiene la vida, cuando el pasado no tiene significado, el presente no tiene alegría y el futuro no tiene esperanza?  La vida es más que una pausa entre dos eternidades.  No estamos aquí por mero acaso.  Existe un plan grandioso para cada uno de nosotros.  No fuimos olvidados por el gran Creador.

Alguien mayor, se preocupa con nosotros y nos ama profundamente.  Usted puede no conocerlo personalmente, puede no amarlo intensamente, pero Él lo ama con amor eterno. Desde que nació, Él lo ama y conoce toda su vida, sabe de todos sus problemas.  Él es nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

 Por amor a nosotros, Él dejó el cielo, toda la gloria para volverse como usted y yo y pagar el débito de nuestros pecados.  Por amor Él murió en una cruz, fue enterrado, pero resucitó.  Su triunfo sobre la muerte es la garantía de nuestra victoria.

 Antes de subir al cielo, dejó la promesa de estar con nosotros todos los días.  “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”(San Mateo 28:20).  Por lo tanto no estamos solos.  Por medio del Espíritu Santo, Él está con nosotros, presente aquí mismo, en esta reunión.

Él conoce nuestras angustias, dificultades, sufrimientos, tristezas y decepciones.  A fin de animarnos, nos dio una de las más bellas promesas de la Biblia.  Cariñosamente nos dice: “No se angustien ustedes.  Confíen en Dios y confíen también en mí.  En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar.  Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar” (San Juan 14:1-3 DHH).

¡Qué promesa!  ¡Qué esperanza!  ¡Qué consuelo!  ¡Él vendrá!  ¡Habitaremos con Jesús!  ¡El cielo será nuestro!  Aunque existan luchas, sufrimientos y dificultades, nosotros tenemos una esperanza – “Él vendrá”.

PARDON

Le pouvoir du pardon est l’un des plus grands pouvoirs du croyant, de même que l’amour, le Saint-Esprit, la foi, la prière, la Parole de Dieu et les enfants de Dieu.

C’est l’attitude et la décision d’abandonner le droit de faire payer à l’autre la faute qu’il a commise. C'est pourquoi Jésus dans la prière "Notre Père" utilise l'expression: ... pardonne-nous nos dettes.

Le mot "pardon" vient du latin "Per y donare = Donner, c'est-à-dire remettre la dette, l'infraction, la faute, le crime ou autre chose.

Le pardon est également le début d'un processus de guérison et de croissance. Par exemple, dans le cas d'une infidélité conjugale, la personne lésée, après avoir pardonné, aura besoin de temps pour reprendre confiance en son conjoint infidèle.

Le Seigneur Jésus, exemple maximum de pardon divin et humain.

"Et Jésus a dit: Père, pardonne-leur, car ils ne savent pas ce qu'ils font ..."

Luc 23:34.

EL PERDÓN

EL PERDÓN

El  poder del perdón es uno de los grandes poderes para el creyente, como lo es también el amor, el Espíritu Santo, la fe, la oración, la Palabra de Dios y el ser hijos de Dios.

Es la actitud y la decisión de renunciar al  derecho de hacer que la otra persona pague la ofensa que cometió. Por eso Jesús en la oración del  «Padre Nuestro» usa la  expresión: …perdónanos nuestras deudas.

La palabra “perdón” viene del latín “Per y donare= Dar, es decir, remitir la deuda, ofensa, falta, delito  u otra cosa.

El perdón es también el comienzo de un proceso de sanidad y crecimiento. Por ejemplo en el caso de una infidelidad conyugal, la persona herida,  después de perdonar, va a necesitar tiempo para recuperar la confianza en su cónyuge infiel.

El Señor Jesús, máximo ejemplo de perdón divino y humano.

“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…”

Lucas 23:34 .