miércoles, 11 de diciembre de 2019

EL CORAZÓN DEL INTERCESOR


"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida" Proverbios 4:23

El corazón es el órgano central del cuerpo físico, en la Biblia es el símbolo de la vida espiritual, del alma, el asiento o fuente de los pensamientos, deseos, apetitos, motivaciones, intenciones, etc. El corazón significa la personalidad entera, el hombre interior.

El intercesor pondrá especial cuidado en su corazón porque de él mana su intercesión, su carga por el perdido, de ahí nace su deseo de orar por lo que Dios quiere hacer, y es el centro de comunicaciones donde Dios hablará y guiará para hacer efectiva su intercesión.


El salmista David dice:

"¿Quién subirá al monte de Jehová? y ¿Quién entrará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su corazón a cosas vanas, ni jurado con engaño" Salmos 24:3-4

Y otra vez:
"Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón" Salmos 73:1

David pide:
"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio" Salmos 51:10

La expresión "Limpio de corazón" no se usa para indicar a una persona moralmente perfecta, pues no hay nadie que lo sea, sino una regenerada que tiene el propósito sincero de hacer la voluntad de Dios.

La Biblia dice que la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado (1 Jn. 1:7)

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Jn. 1:9)

Por lo tanto un limpio de corazón es aquel que con honestidad a rendido su vida a Dios, sin reservas, sin dobles intenciones, su único propósito es glorificar a Dios.

La posición del intercesor, es en la brecha delante de Dios (Ez 22:30), el intercesor no solo es una persona que ora mucho, tiene un doble desafío, que si logra el primero, el segundo está asegurado:
" Debe subir al monte de Jehová, y entrar en su lugar santo" para lo cual:
Limpiará sus manos y purificará su corazón: Debe ser una persona perdonada.
No eleva su corazón a cosas vanas: Se ha despojado de todo doble propósito y está firme en su determinación de acercarse a Dios. Se despoja de todo peso y de pecado que le asedia (He. 12:1): Es una persona que tiene una gran destreza en el mundo espiritual que sabe vestirse y tomar solo lo que conviene para que su intercesión sea efectiva.


Huye de la toda corrupción de este mundo (2 Pe. 1:4)
Conoce la promesa de la bienaventuranza, que "Los limpios de corazón verán a Dios" y el intercesor necesita verlo, pues de otra manera puede abrumarse por el problema.

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